lunes, 27 de julio de 2015

Sobre el enredo de contar a Santa Laura en la televisión

La batalla entre las herederas de la santa colombiana y el Canal Caracol tiene solamente una víctima.

Santa Laura Montoya
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6a/Beata_Madre_Laura.JPG


Cuando anunciaron que el Canal Caracol haría una versión de la vida de la madre Laura Montoya, canonizada por el Vaticano en 2013, lo primero que pensé fue: "bueno, ya encontraron otro filón diferente a los narcos y a los ídolos musicales populares". Tras ver El abrazo de la serpiente, pensé que podría existir un re-planteamiento de lo que ha sido durante los últimos años narrar historias colombianas en la televisión. No se puede negar que nuestros medios tienen que contar las realidades nacionales, por más dolorosas o polémicas que sean. Pero de ahí a pensar que Pablo Escobar y Diomedes díaz son la única alternativa, sobre todo porque se cree que "eso es lo que quiere la gente", que "en Colombia no hay más para narrar que eso" o que "las historias que no tengan sangre o parranda no venden", hay mucha diferencia y nos vamos por otro camino.

Como yo mismo, ahora, me estoy yendo. Vuelvo. En días pasados leí en la prensa que hay polémica acerca de la serie sobre la madre Laura que ha anunciado Caracol. La congregación Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, comunidad fundada por la santa paisa, ha declarado que la producción del canal no es fiel en su totalidad a la hora de contar la vida de su instauradora: "la comunidad argumenta que en la publicidad (de la serie) se observan 'relaciones de carácter amoroso que nunca existieron, así como diálogos de mal gusto entre hombres criticando su aspecto físico (el de la madre Laura) y los dotes de futura esposa, entre otras situaciones que no fueron reales'. Para la congregación, 'lo anterior da lugar a que los televidentes seguidores de la serie en mención consideren como ciertos y reales los hechos que allí se describen'". 

Agrega la información que "según la hermana Ayda Orobio Granja, de la comunidad, 'a pesar del acercamiento realizado por la Congregación [sic] con Caracol Televisión S. A., para que le permitiera conocer el guion [sic] de la serie, a fin de evitar escenas de ficción que llevaran a los televidentes a tomar como ciertos hechos, expresiones y manifestaciones que no se presentaron, la programadora no aceptó el diálogo impidiendo el conocimiento del guion  [sic]'. Y argumenta que 'la congregación no ha autorizado a Caracol el uso de la expresión Laura o el nombre madre Laura o madre Laura Montoya'". Ante la situación, Caracol ha preferido no pronunciarse, debido a que existe un proceso judicial en curso relacionado con el caso.

Recapitulando, las escenas empleadas a manera de publicidad con las que no está de acuerdo la congregación se refieren a:

a) Relaciones de carácter amoroso que nunca existieron en la vida de santa Laura.

b) Diálogos de mal gusto entre hombres criticando su aspecto físico y sus dotes de futura esposa -se asume que se habla de los dotes de la madre en caso de haberse casado, y no con Jesús de Nazaret, figura que suele emplearse cuando se habla de la consagración femenina en la Iglesia Católica-. 

Lo primero que pensé cuando me enteré de este conflicto fue que se debía a algún desacuerdo o una mala decisión narrativa en relación con la obra social de la madre Laura, con sus luchas y en general con sus actividades como educadora y como misionera. No me imaginé en ese momento que el asunto, en realidad, gira en torno a situaciones sentimentales y a críticas al físico y a las cualidades maritales de la santa. 

Si al final ella decidió ser religiosa, y lo fue, ¿importa algo preocuparse por el mundo paralelo en donde ella se casó y tuvo hijos y, en general, por las relaciones de pareja que pudo tener? Está bien: una cosa es el final del siglo XIX y otra muy diferente el comienzo del siglo XXI. No se pueden contar los encuentros amorosos entre las personas de hace décadas con los criterios que actualmente predominan. Hubo entonces dinámicas diferentes, códigos sociales específicos que hoy ya no aplican. Sin haber visto la publicidad ni la serie, me atrevo a pensar que es posible que el Canal Caracol haya ignorado la diferencia planteada. Pero me parece, por tendencia que he percibido en la iglesia-institución, que la comunidad de la madre Laura se muestra preocupada por lo romántico, por el afecto amoroso entre seres humanos -una situación a todas luces natural en nuestra especie- que parece vedado a la santidad, en especial a la santidad de los consagrados. En especial, vedado a los consagrados canonizados. Y vedado a la santidad de Laura Montoya, una mujer. Los santos deben ser tan de palo o de yeso como sus imágenes y más aún si son santas. De acuerdo: el canal pudo emplear arbitrariamente la faceta amorosa para darle "fuerza" a la narración. Pero, ¿y si la hubiera usado para generar empatía entre la madre y los televidentes -obviamente, si la hubiera usado bien-? ¿No se supone que la idea es generar lazos realistas entre los santos y la gente mostrando esos elementos comunes que permiten identificaciones, las cuales hacen que comprendamos mejor la propuesta de quien ha seguido un buen modelo de vida?

Valga la oportunidad para pensar qué tan lejos está -o qué tanto hemos alejado- lo amoroso, lo romántico, lo erótico y lo sexual de la santidad, especialmente de la santidad femenina. 

Por otra parte, me sorprende que la comunidad manifieste inquietud respecto a las opiniones frente al físico de la madre Laura. ¿No se supone que lo más importante en su vida es, repito, su obra, su aporte como mujer, como religiosa, como educadora? ¿A qué viene ahora hacerse líos por cómo se vio físicamente? ¿Quién de nosotros nunca ha recibido una crítica por cuenta de nuestra cara, nuestro cuerpo, nuestra forma de vestir o de movernos? ¿No la recibió alguna vez la madre Laura? ¿Le habrán importado a ella esos comentarios? ¿Es pecado siquiera insinuar estas preguntas? Aquí aparece un punto de vista en el que, de alguna forma, están de acuerdo la comunidad y el canal: la belleza física -en canones occidentales- es importante en la santidad. No por nada el papel de la madre Laura en su madurez lo interpreta Linda Lucía Callejas, actriz, modelo y ex-reina de belleza. ¿Será el concepto de lo físico tan importante cuando pensamos en la santidad, y ojo, en la santidad de una mujer? ¿Estarían tan preocupados los franciscanos por el físico del actor que interprete al Pobrecillo de Asís cada vez que se haga una película acerca de su vida?

Las actrices Linda Lucía Callejas (izquierda) y Julieth Restrepo,
que interpretan a la madre Laura en la serie del Canal Caracol.
http://www.elcolombiano.com

Aún más: me preocupa muchísimo que la comunidad manifieste que no le dio permiso al canal para hablar de la madre Laura en términos que utilizaría cualquier multinacional que maneja contenidos con copyright y que tiene a su disposición una legión de abogados pagados para defenderlos, cueste lo que cueste. Desde luego que el canal, por lógica, debió contar desde el principio con las Misioneras para elaborar el relato. Es natural que las hermanas manifiesten su descontento con el hecho de que el medio las ignorara. Pero ¿hacerlo argumentando que "la congregación no ha autorizado a Caracol el uso de la expresión Laura o el nombre madre Laura o madre Laura Montoya"? Eso suena a que habrá demandas a cualquier pareja que decida en estos días bautizar a su bebita con el nombre Laura o a cualquiera cuya mamá se llame Laura y le diga "madre Laura, la quiero mucho". ¿Exageración? Happy birthday to you, la canción que se canta miles de veces al día en todo el mundo cuando alguien cumple años, tiene derechos de copia registrados en 1935 y no se extinguirán hasta 2030 en Estados Unidos, lugar donde nació. Cuidado, entonces, como lo que usted canta en la próxima fiesta. ¿La santidad también tiene copyright? La madre Laura, ¿es la fundadora de la congregación, o es propiedad de la congregación? 

Ahora, supongamos que el canal hubiera pensado: "contar con la congregación para que nos colabore con el guión implica que tendremos que presentar la historia según ellas la entienden, de una forma que no siempre corresponderá con la realidad porque su objetivo será sublimar a su fundadora y no manifestar rasgos de humanidad que pueden entenderse como pecaminosos". ¿Será esta suposición tan descabellada?

Si bien aplaudo que haya pensado en otras opciones narrativas, es bien claro que el objetivo del Canal Caracol no es, ni mucho menos, evangelizar o crear una imagen justa de cualquier figura que pueda dar pie a una producción televisiva para el beneficio de la teleaudiencia. El objetivo del canal es claro: vender. Insisto en que también le faltó tacto para abordar la imagen de la santa, esto es, sensatez para involucrar en el proceso de forma adecuada a quienes hoy son las herederas del legado de la madre Laura. Pero creo que estas, a su vez, se están preocupando por detalles que no son esenciales a lo que representa verdaderamente la vida y los hechos de la religiosa antioqueña y acuden a argumentos que ignoran condiciones elementales de la humanidad que aplican para cualquier individuo de la especie Homo sapiens sapiens -entre ellos, santa Laura- y que no se esperan de cristianos consagrados sino de cualquier profeta del neoliberalismo. 

En medio de esta batalla, el único que pierde es el televidente, quien merece que buenos ejemplos sean narrados con honestidad y con sensatez. 

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